UN-Habitat
 
Loading...
Statements and Speeches
  Home » About Us » Executive Director » Statements and Speeches » Discurso oficial del Dr. Joan Clos Secretario General Adjunto de Naciones Unidas Director Ejecutivo de UN-HABITAT Día Mundial del Hábitat 2011, 3 de Octubre 2011, Aguascalientes, México
Discurso oficial del Dr. Joan Clos Secretario General Adjunto de Naciones Unidas Director Ejecutivo de UN-HABITAT Día Mundial del Hábitat 2011, 3 de Octubre 2011, Aguascalientes, México
  Print This Page!
 

Sr. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Licenciado Felipe Calderón Hinojosa;
Sr. Secretario de Desarrollo Social, Licenciado Heriberto Félix Guerra;
Sr. Gobernador del Estado de Aguascalientes, Ingeniero Carlos Lozano de la Torre;
Sr. Gobernador del Estado de Durango, Licenciado Jorge Herrara;
Sra. Presidenta Municipal de Aguascalientes, Licenciada Lorena Martínez,
Distinguidos miembros del Presídium,
Estimados galardonados,
Señoras y señores,

Es un placer para mí estar hoy aquí en Aguascalientes celebrando el Día Mundial del Hábitat. Permítanme, en primer lugar, agradecer al Gobierno de México, al del Estado de Aguascalientes y al municipio de Aguascalientes su apoyo en la organización de esta celebración internacional y su cooperación, esfuerzo y hospitalidad que nos han permitido reunirnos hoy aquí.

I would also like to say a special word of appreciation to everybody here: your presence today shows your commitment to celebrating World Habitat Day, a date so important for us each first Monday of October. This year, as you know, our goal is raising awareness on climate change and its impact on our cities.

El proceso de urbanización incrementa su ritmo de crecimiento a nivel global.
La población urbana mundial supera ya el 50% del total. Se espera que en los próximos años este porcentaje continúe creciendo, incluso teniendo en cuenta que la población total también va a seguir aumentando. A finales de este mes llegaremos a los 7.000 millones de humanos y es probable que alcancemos los 9.000 en los próximos 30 años. Esto evidencia una tasa de urbanización sin precedentes en la historia de la humanidad.

El crecimiento de las ciudades aumenta su responsabilidad en el cambio climático, por cuanto en ellas se genera, directa o indirectamente, buena parte de la emisión de gases de efecto invernadero. Por un lado, las ciudades generan emisión al consumir energía en transportes y movilidad y a través de las perdidas térmicas de los edificios. Por otro lado, la ciudad consume un gran número de productos que se producen en otros lugares y que allí, en su producción, generan también emisión de gases de efecto invernadero. La suma de estos dos factores ha llevado a los expertos a estimar que el fenómeno urbano es responsable de la emisión del 70% de los gases de efecto invernadero.

Las ciudades son también victimas del cambio climático. En el año 2010, por primera vez en la historia, las personas afectadas por desastres relacionados con el cambio climático fueron en su mayoría residentes urbanos. Las ciudades poco dotadas en infraestructuras, sobre todo las de saneamiento, drenaje y seguridad de edificios, son las más afectadas y la población sin recursos, la más pobre, es la más vulnerable ante los efectos del cambio climático.

Existe una simetría entre las ciudades desarrolladas y bien dotadas de infraestructuras que suelen emitir más gases de efecto invernadero, pero están más preparadas para evitar los desastres naturales y, las ciudades menos desarrolladas que generan menos gases de efecto invernadero, pero en cambio sufren más las consecuencias del cambio climático.

Se espera que en los próximos 40 años se generen 200 millones de población urbana desplazada por el cambio climático. La predicción para América Latina es de 12 millones tan solo desde ahora hasta el año 2020.

Pero también tenemos buenas noticias. Muchas ciudades del mundo se han movilizado para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero (lo que llamamos mitigación), y también se están desarrollando muchas e innovadoras iniciativas para prevenir los efectos del cambio climático (aumentar la capacidad de adaptación de las ciudades). En el primer caso, hemos visto como muchas ciudades se han lanzado a experimentar diferentes modelos de transporte colectivo (como metrobuses, sistemas de metropolitanos,…), incluyendo la utilización de energías renovables. También hemos visto mejoras urbanas para promocionar el transporte de proximidad a pie o del uso de la bicicleta. Por lo que respecta a la edificación, también se han llevado a cabo medidas innovadoras: mejor arquitectura, mejores materiales aislantes, estructuras más seguras, utilización de energías renovables para calefacción del agua… Así pues, las ciudades están dando ejemplo de capacidad de respuesta, inventiva y adaptación que nos permite mirar el futuro con esperanza. Muchas ciudades avanzan en la dirección de la ciudad verde, de la ciudad responsable ambientalmente.

Ahora bien, queda una importante asignatura pendiente. Se refiere a la planificación urbana y al diseño urbano. El modelo predominante de urbanización que se está utilizando mayormente en estos momentos a nivel global es un modelo basado en la forma urbana pensada tras la II Guerra Mundial. La asequibilidad del coche y el consumo de energía barata parecían proponer un futuro urbano basado en la extensión de urbanización de baja densidad en las zonas periurbanas. Este modelo se acompañó de una zonificación de usos de la ciudad muy estricta, especializando el territorio en diversas zonas de monocultivo; zonas de negocios, zonas comerciales, zonas residenciales, industriales, tecnoparques, lúdicas, etc. Este modelo de especialización de usos y de urbanización periurbana de baja densidad se está demostrando ineficaz para los retos del siglo XXI. No es sostenible ambientalmente porque requiere mucho consumo de energía, y no es sostenible económicamente por los altos costes de mantenimiento y porque dispersa los factores de producción en el territorio, disminuyendo la productividad urbana. Resulta pues importante resaltar que no es tan solo un problema de difícil sostenibilidad ambiental, sino que conlleva una falta de sostenibilidad económica.

Estas evidencias nos obligan a un cambio de paradigma del modelo de urbanización para el siglo XXI con el fin de conseguir mejores ciudades,  cambio de paradigma que de nuevo se justifica por razones ambientales, pero también por la evidencia de que se va a producir un incremento de los costes de la energía y porque el modelo actual es económicamente poco eficaz.

Pero aquí también tenemos de nuevo buenas noticias. Podemos generar instrumentos para producir el cambio de modelo urbanístico. Debemos poder recuperar los modelos de ensanches urbanos con buena planificación de espacios públicos, de servicios y de movilidad.

Estas extensiones urbanas deben ser lo más contiguas posibles a la trama preexistente y pueden ser un motivo de esfuerzo colectivo para aplicar unos modelos de urbanización compatibles con las necesidades de nuestro tiempo.

El modelo del gran ensanche urbano es más fácil de aplicar en las ciudades de tamaño intermedio, entre 500.000 y 1 millón de habitantes. Estas ciudades acogen actualmente el mayor crecimiento urbano del mundo. Y si se planifican en buenas condiciones, pueden ser un gran instrumento para encauzar el proceso de urbanización.

La ciudad se ha visto últimamente más como un problema que como una esperanza, generadora de conflicto, de pobreza, de desigualdad y de inseguridad, cuando la ciudad tradicionalmente ha sido el foco de prosperidad, de creatividad, de desarrollo, de libertad y de igualdad. En la encrucijada que nos toca ahora vivir debemos recuperar la buena ciudad, la ciudad de los atributos positivos, la ciudad que suma esfuerzos y que expresa lo mejor de nuestra cultura. Planear esta ciudad requiere un esfuerzo político, social, económico y técnico, pero la recompensa supera con creces las dificultades. La ciudad puede y debe ser generadora de puestos de trabajo, puede y debe ser generadora de desarrollo y prosperidad, y puede y debe ser un espacio de convivencia en la diversidad. La ciudad puede ser el instrumento donde las clases menos favorecidas inicien un proceso de mejora de sus condiciones de vida para ellos y sus hijos.

The good news is that there is a path for the compact, equitable and integrated city.
Thank you again to all of you for being here with us and happy World Habitat Day!

Muchas gracias.

 Español  
 
Site Map | Site Directory | Contact Us | Feedback | Terms & Conditions | Fraud and scam alert